martes, 21 de febrero de 2017

“¡PÁGUENME LO QUE ME DEBEN!”

Adauco Sepúlveda Villalobos, "El Taquero"

Por Jorge Luis Montiel
El ambiente era de fiesta en el tejaban de la casa ejidal del ejido “Las Vacas”. La mesa del presídium tan larga que ya no cabían los invitados al festejo del 62 aniversario del núcleo agrario más representativo de Guasave. Todo marchaba a pedir de boca, nada que alterara el ambiente. Como anfitrión le ceden el micrófono al Presidente del Comisariado Ejidal, Tomás Galván. En eso estaba adornando su mensaje el líder ejidal cuando desde el otro lado de la barda, entre el enrejado de metal se asomó una persona y gritó: “¡Diles Galván que nos paguen lo que nos deben!”. El también regidor del Ayuntamiento se hizo como que no escuchó y siguió con su perorata. El personaje que gritó fue Adauco Sepúlveda Villalobos, un trabajador de aseo y limpia, muy conocido en Juan José Ríos pues además de levantar basuras es un buen ampáyer, conoce y le apasiona el softbol y el beisbol. Adauco, atravesó el patio principal del tejabán y frente a la mirada fija de cientos de comensales se dirigió a la distinguida mesa de los invitados y les gritó: ¡Páguenme lo que me deben! Al molesto intruso acudieron a regañarlo organizadores del evento que reprendieron al humilde trabajador de aseo y limpia. Al momento de tomar la palabra la alcaldesa de Guasave Diana Armenta,  volvió a protestar “el taquero”, así se le conoce también a Adauco, quien gritó de nuevo: “¡Que el municipio nos pague lo que nos debe!”. La presidenta municipal le preguntó con micrófono abierto: “¿Cuánto se le debe a usted?”,  “El taquero” contestó: “Tres quincenas y el aguinaldo”. La Edil exclamó: “¡Válgame Dios!”. Adauco le recordó que en su momento la apoyaron para que fuera presidenta. Diana expresó una leve sonrisa y dijo: “Yo quisiera resolver a todos corazón pero viera que difícil está”, manifestó desconsolada. Afirmó Diana Armenta que los reclamos como el que hiciera Adauco “no le agravia sino que al contrario, le duele que esas cosas sucedan en Guasave, porque son gentes que necesitan el recurso”, subrayó. En un tonó de resignación dijo la presidenta “yo quisiera resolverles pero las circunstancias son complicadas”. Luego tratando de levantar el ánimo ante la insolvencia financiera y al no poder pagar los salarios atrasados, expresó que “vamos a salir adelante, les pido que no desconfíen, al contrario, que la esperanza siga, porque hay muchas cosas buenas por venir. Todo a su momento y a su debido tiempo”, manifestó la funcionaria para luego seguir con el festejo.
LA VIVIENDA DE ADAUCO
En la calle 14 y avenida Maquicoba de Juan José Ríos, casi en la esquina, se encuentra la humilde vivienda de Adauco Sepúlveda Villalobos. Desde el inicio se nota la extrema pobreza, un cuartito de material con techo, sin enjarre. Al frente otro cuarto comenzado  con  las varillas oxidadas, se nota que desde hace muchos años lo dejaron empezado. A un lado con techo de lámina, toda  perforada, se encuentra la cocina, es de cartón y pedazos de metal. Al fondo un baño o excusado improvisado con trozos de tela y cartón. Lo que pareciera ser continuidad de la cocina y recámara es también el lugar donde trabaja la esposa de Adauco, la Señora Guadalupe Arce Felicián. En ese espacio anexo entre pedazos de lámina que sirven de techo y paredes se encuentra la máquina eléctrica con la cual realiza costuras Doña Lupita. En esa humilde vivienda pasan sus días y noches, Adauco,  Lupita y dos de sus hijas, Virginia y Zaida. “El taquero” comenta que el 18 de marzo cumplirá 60 años de edad, tiene 24 años trabajando en el Ayuntamiento, siempre barriendo y levantando basuras, quiere pensionarse. Gana Mil 400 pesos quincenales. La Señora Lupita colabora con los gastos con algunas costuras que realiza. Confiesa Adauco que es tan crítica la situación por la que atraviesan que pepena comida en los botes de basura. El reclamo de Adauco es justo. Misma situación viven una gran cantidad de trabajadores sindicalizados del Ayuntamiento de Guasave que esperan que muy pronto les paguen las quincenas atrasadas, aguinaldo y cajas de ahorro del año pasado. Pedazos de esperanza es lo único que puede ofrecerles Diana Armenta, no hay dinero. Los que se fueron sólo deudas le dejaron. Para concluir este artículo quiero hacer una pregunta, sólo una, ¿los nuevos funcionarios, entre ellos la misma Diana ya cobraron puntualmente sus quincenas?

Adauco Sepúlveda Villalobos saluda a la presidenta municipal de Guasave Diana Armenta, luego de pedirle que le pagaran lo que le deben

"Son tres quincenas del año pasado lo que me deben, más el aguinaldo" dice Adauco
















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