Por Jorge Luis Montiel
El Retiro, Guasave, Martes 11 de
diciembre de 2018.-Hace un año y medio estuvimos en El Retiro, ya estaba el
drenaje colapsado, ya vivían en el cochinero. Volvimos y aún siguen en ese
enorme chiquero de la inmundicia. Seguro estoy que todas las familias que se
asentaron en ese “chorizo” de población, a un costado del enorme Canal del
Valle del Fuerte, no merecen esas condiciones de vida insalubre.
El Retiro es un asentamiento
humano irregular que se fue creando, seguramente, producto de la necesidad de
mucha gente, por contar con un pedazo de
tierra donde tener una vivienda. Es una comunidad colindante, muy pegadito al
casco principal de la sindicatura de “Benito Juárez”, mejor conocida como “Batamote”.
Al igual que hace un año y medio
regresamos para realizar el mismo recorrido con la síndica, Mirna Lorena Valdez,
aquella vez la pestilencia y el lodo podrido era evidente, al paso del tiempo,
bien parece, que las familias se han resignado a vivir entre los mismos lodos
de excremento.
La extrema pobreza es notoria
dentro de la comunidad. Caminar entre las viviendas de ese lugar da miedo. Despierta
temor caminar entre la maraña de callejuelas o callejones a la luz del día,
imagínense de noche.
Sin duda, hablar de un
reordenamiento urbano es casi imposible. No debe ser fácil dotarlos de una red
de drenaje sanitario eficaz y de calidad debido a la forma como se fueron
asentando dentro del pedazo de tierra.
El hacinamiento es notorio. Las
viviendas, casi, una encima de otras, materialmente así viven. La privacidad
familiar está rota. Ellos se dieron forma para abrirse veredas entre sus mismas
casas, algunas tan reducidas se pierde la diferencia entre la callejuela y la
vivienda, los transeúntes pasan por encima de tú vivienda.
El Retiro es el más claro signo
de lo ominoso, lo que no debe suceder en materia se asentamientos humanos. Los
gobiernos municipales permitieron que esto sucediera y ahora se hacen los
tontos.
Sin duda, es urgente que las
brigadas de saneamiento se metan a ese lugar. Es urgentísimo que la Jumapag se
ocupe de rehabilitar la red de drenaje, hasta donde sea posible.
Lo que está sucediendo en este “chorizo”
poblacional es algo que debe preocupar a los tres niveles de gobierno. Se trata
de una inversión considerable que ronda en aproximadamente los 7 Millones de
Pesos para poner en operación toda la red del drenaje sanitario.
Seguramente, entre los lodos
pestilentes, hay muchas promesas de campaña para esa gente y no es de ahora,
como afirma Lorena Valdez, el problema ya tiene como cinco años. La pobreza
duele y la porquería apesta…#La300©