Juego de El Gallina
Inicio este comentario con la
siguiente expresión de Andrés Manuel López Obrador: “En política (Cuauhtémoc
cárdenas) sí es mi adversario político, (claro) si él asume una postura
conservadora. Lo estimo mucho, lo respeto, lo considero precursor de este
movimiento, pero estamos viviendo un momento de definiciones y esta ancheta
está muy angosta, no hay para dónde hacerse. Es estar con el pueblo o con la
oligarquía, no hay más”, señaló AMLO.
Contexto
Cuando Cuauhtémoc Cárdenas apareció,
el lunes 30 de enero, como uno de los rostros principales en la formación de “la
nueva asociación Colectiva Por México” también identificada como #Méxicolectivo
generó en el mandatario nacional una respuesta contundente, que, como lanza,
ensartó al ególatra y flemático adversario.
Cuauhtémoc recula
Al mirar el triste espectáculo del
octogenario no pude menos que acordarme de la película “Rebelde sin causa”, una
film de 1955 protagonizado por Jean Dean. “El Juego del Gallina se inventó para
homenajear una escena en la cual él y otro chico conducen sus coches hacia el
borde de un precipicio y demostrar quién se acobarda antes.” (Ken Binmore, 2007)
El michoacano no soportó la
ensartada y al retractarse (el miércoles 1 de febrero) de formar parte del “Grupo
México Colectivo” quedó como Gallina. Es decir, se acobardó al borde de un
precipicio y “el rebelde” queda exhibido con “la causa muerta”.
En la ancheta, caben bien, Cuauhtémoc
y Lazarito
No se puede jugar, un doble
papel. Por un lado, eres el crítico del poder mientras, por el otro lado,
tienes al jilguero de tu hijo, Lázaro Cárdenas Batel como Coordinador de
Asesores del gobierno de Andrés Manuel.
Cuando el inquilino de palacio le
dice a Cuauhtémoc que “la ancheta está muy angosta, no hay para dónde hacerse”,
Cárdenas, cual viejo sobreviviente, entendió que en esa porción del negocio del
gobierno de pacotilla o se jugaba la bicoca del pedazo de poder que tiene su hijo
o reculaba como Gallina.
Tiempo de definiciones
Andrés Manuel conminó, apremió, a
que el hijo del General “se definiera” y lo arrinconó al oscuro callejón de “los
conservadores” en caso de no hacerlo. El autócrata gobernante no tuvo que
esperar mucho tiempo. Un día después de la sentencia llegó la definición y
Cárdenas Solórzano azotó de espalda.
El juego
El matemático británico, Ken
Binmore, dice en la introducción de su libro “La teoría de juegos” (2007) que
este mecanismo “…sólo funciona cuando los individuos juegan racionalmente.”
Estoy convencido de que tanto Cuauhtémoc como López Obrador, saben su juego y
están conscientes de lo que hacen. En este caso el juego entre ambos personajes
optó por “la cooperación y no por el conflicto” diría Binmore.
El juego oculto del poder
El politólogo italiano, Norberto
Bobbio, en su libro “El futuro de la democracia”, 1984, habla
de “…el poder público visible”. Aquello que todos alcanzamos a ver. En su contraparte
se encuentra “el poder oculto” aquello que entretelones los ciudadanos libres
no miramos. Supongo que ese juego entre lo oculto y lo visible lo saben muy
bien López Obrador, Cuauhtémoc y Lazarito.
Tras bastidores el diablo juega… #La300©
Autor: Jorge Luis Montiel
Valencia (Politólogo)
Domingo 12 de febrero de 2023/15:48
horas