miércoles, 17 de enero de 2018

Sin registro oficial las 27 cuarterías que hay en Juan José Ríos.



  Así se le conocen, “cuarterías”, lo que es al fin de cuentas, albergues para jornaleros agrícolas. Son 27 los lugares que hay en Juan José Ríos entre ambos lados, en el Estero de Ahome y la mayor cantidad se encuentra en el lado de Guasave. Ninguna tiene registro oficial. Todas surgen al amparo del vacío de la Ley o de la falta de su aplicación. Es decir, no hay autoridad que las inspeccione, regule, controle o vigile. Se levantan en cualquier domicilio particular, algunas incluso, se encuentran al fondo de los predios y al frente sólo aparece la facha de una residencia pero “ocultos” viviendo entre la inmundicia, el hacinamiento y en extremas condiciones de insalubridad muchas familias amontonadas en un una o dos habitaciones. Espacios limitados, por ejemplo, se da el caso, que en un espacio de 20 metros cuadrados hay hasta cinco familias. Ahí se comparten los mismos utensilios, una estufa, humores y duermen en el frío piso sólo cubiertos por cartones y delgadas cobijas. Los baños, en la mayor parte de esos lugares son un verdadero atentado a la salud. En ese cochinero hay niños que al salir sus padres a trabajar al jornal se quedan solos, horas y horas de espera sin la vigilancia de nadie. Los enganchadores de las cuadrillas de trabajadores, los camioneteros, los regenteadores o explotadores de la necesidad de esas familias oriundas de regiones donde cunde la miseria, la pobreza extrema no se responsabilizan de la seguridad social de eses seres humanos. Puede suceder cualquier cosa, incluso de muerte de menores que no cuentan con registro civil y mueren sin que nadie registre el deceso, no existen. Es urgente que legisladores se apliquen a generar las condiciones de seguridad legal para estas personas. Que los gobiernos municipales no sigan siendo omisos ante la marginación en que viven toda esa población flotante. La indolencia es de todos, incluso de las mismas comisiones de derechos humanos. Las cuarterías son además de un foco de insalubridad, el caldo de cultivo propicio para la venta de drogas, no hay quien vigile, controle e inspeccione estos cuartuchos de mala muerte que regentean particulares. Primera llamada. #La300








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